martes, 24 de noviembre de 2015

Informe de la Ponencia de Estudio sobre Residuos del Senado


Allí, se evaluaron diversos aspectos relacionados con la economía circular, la prevención, la recogida, la reparación y reutilización, el reciclaje, la valorización y la eliminación, formulado así, una serie de conclusiones y recomendaciones.

La economía circular, como ya se comentó con anterioridad en otro post, es el mejor aprovechamiento de los residuos en la producción. Para conseguirlo, es necesaria la concienciación de la sociedad y de las empresas y la implantación de medidas legales, por parte de las administraciones públicas, que regulen este ámbito.

Por todo esto, en la ponencia, se trataron los siguientes temas, proponiendo objetivos en la materia:

Prevención:
En la actualidad, las empresas y particulares tiran gran cantidad de residuos que no son reciclados. La idea sería disminuir la entrada de la fracción biodegradable de los residuos urbanos en vertedero.

Recogida:
Debe mejorarse el funcionamiento y control de los sistemas integrados de gestión, destacando que tienen un papel esencial para el avance de la recogida separada, sobre la que deben asumir el coste total con criterios de eficiencia.

Reparación y reutilización:
La guía para la reflexión debe ser la experiencia probada del canal HORECA. Son los SIG (Sistemas Integrados de Gestión) los que deben fomentar la reutilización en aquellos ámbitos en que sea técnica y económicamente posible. Asimismo, es imprescindible desarrollar el mandato de la Directiva de establecer redes de reparación y reutilización basadas en la economía social.

Reciclaje:
Es necesario que las Administraciones públicas hagan una apuesta en sus pliegos por la compra y uso de materiales reciclados.
Hay que subrayar como tarea pendiente, en nuestro país, la gestión de los biorresiduos para conseguir los objetivos de reciclado de 2020, cuestión que obliga a “establecer una hoja de ruta, irrenunciable en sus objetivos a la vez que flexible en los ritmos de cumplimiento”.

Valorización energética:
Corresponde dar un paso adelante y desde el máximo consenso político defender la valorización energética como imprescindible para la correcta gestión de los residuos. Actualmente, la tecnología en la obtención de energía y calor a partir de residuos está técnicamente probada, tiene viabilidad económica y cumple los estándares ambientales. En los países y regiones que se ha implantado, se ha facilitado el cumplimiento de los objetivos de reciclado y vertido. La valorización energética no incluye solo la incineración, sino también la obtención de biogás y su combustión, así como otras técnicas, y todo ello requiere un marco legal adecuado que aporte seguridad jurídica a las inversiones necesarias y que fomente la investigación en tecnologías.

Eliminación:
Es preciso abordar con decisión la fiscalidad de los residuos. Es imprescindible emprender desde todas las Administraciones unas políticas activas y efectivas sobre prevención.

Para llevar a cabo estas acciones, la ponencia propuso la aplicación de una serie de medidas que pueden resumirse de la siguiente forma:

  1. Prohibición de entrada de plásticos y otros residuos valorizables a vertedero.
  2. Combatir con dureza el vertido ilegal.
  3. Investigación y desarrollo de nuevas técnicas de gestión y tratamiento de los residuos y de las campañas de divulgación y concienciación de los ciudadanos.
  4. Incentivación fiscal a las empresas que desarrollen nuevos sistemas de reducción del impacto de sus productos que generan o distribuyen en la cadena de gestión de los residuos.
  5. Incentivación fiscal a las empresas que inviertan y consigan resultados en el ecodiseño de sus productos y sus líneas de producción, apoyando también la I+D+I en estos procesos.
  6. Establecer medidas de apoyo para el desarrollo de mercados de segundo uso, favoreciendo el uso de residuos de producción y permitir, en definitiva, la simbiosis industrial[1].
  7. Avanzar en sistemas de pago por generación de residuos.
  8. Revisar la responsabilidad ampliada del productor, e incorporar a este sistema nuevos materiales y productos susceptibles de ser gestionados con esta fórmula, tomando como base los modelos de éxito existentes.
  9. Disponer de un sistema transparente, abierto y objetivo que permita la adjudicación de los materiales recuperados a los recicladores.





[1] Aprovechamiento de residuos para la producción (Por ejemplo: La utilización de los residuos alimenticios procedentes del sector del cáterin para alimentar animales de granja o el empleo de residuos industriales no tóxicos para producir energía a través de la incineración.)

viernes, 13 de noviembre de 2015

Logicpalet

Océanos de plástico


El planeta generará 6 millones de toneladas ‘diarias’ de residuos en 2025

Según datos publicados por Eurostat, España todavía vierte más del 60 por ciento de los desechos que produce,   una cifra insostenible desde la dimensión de la sostenibilidad. Sus tasas de reciclado, todavía bajas, se encuentran  en el entorno del 17 por ciento, al igual que sus niveles de recuperación energética, que llegan escasamente al 10 por ciento. 



Según el informe del Banco Mundial que lleva por nombre “What a waste: A Global Review of Solid Waste Management”, la generación de basura pasará de 3,5 millones de toneladas diarias en 2010 a cerca de 6 millones    en el 2025. Y ello es así porque, tal y como asegura este ente, a medida que avanza la sociedad y se incrementa la población en las ciudades, los residuos urbanos producidos se multiplican de forma exponencial, requiriendo para ello de políticas adecuadas que permitan llevar a cabo una mejor gestión de los mismos, impulsando su reciclado y valorización, tanto material como energética. Según datos publicados por Eurostat, España todavía vierte más del 60 por ciento de los desechos que produce, una cifra insostenible desde la dimensión de la sostenibilidad. Sus tasas de reciclado, todavía bajas, se encuentran en el entorno del 17 por ciento, al igual que sus niveles de recuperación energética, que llegan escasamente al 10 por ciento. Todo lo contrario a lo que sucede en los países del norte de Europa, que precisamente son los más avanzados y comprometidos con el medio ambiente, donde los elevados índices de reciclado e incineración con recuperación de energía han hecho posible que menos del 5 por ciento de los residuos sean depositados en vertedero, con las consiguientes ventajas ambientales. GALICIA: MENOS BASURA En el caso de Galicia, la generación de desperdicios ha bajado de forma considerable, descendiendo de 1,2 kilos por habitante y año a 1,05. Tanto es así que, si bien en el plan autonómico de gestión de residuos urbanos 2010-2020 se incluye una reducción de la producción del 10 por ciento para dentro de seis años, lo cierto es que, a día de hoy, este porcentaje ha sido incluso superado, situándose en aproximadamente el 14 por ciento. El objetivo de la Xunta es seguir avanzando en esta línea y llegar a disociar el crecimiento económico de la generación de desechos, logro sólo alcanzable si hay un compromiso real por parte de todos en adoptar prácticas de consumo responsables que permitan producir menos basura, alargar la vida útil de los productos y participar activamente en el sistema de recogida selectiva, depositando las distintas fracciones de materiales en los contenedores habilitados para tal fin en las vías públicas. Sólo así se podrá posibilitar su posterior reciclado y, por tanto, su transformación en nuevas materias primas. En el marco de la conocida como “economía circular”, entendida como aquélla que apuesta firmemente por la conversión de los desperdicios en recursos de utilidad, cerrando el ciclo de su aprovechamiento, la Comisión Europea ha propuesto que el 70 por ciento de los desechos urbanos y el 80 por ciento de los envases sean reciclados en el 2030; un objetivo calificado de muy ambicioso por parte de diversos sectores y que requiere de cambios sustanciales en las políticas ambientales implantadas por los Estados miembros, especialmente los del sur y los de nueva incorporación a la Unión Europea. LA CONCIENCIACIÓN CIUDADANA, EL RETO La concienciación y sensibilización de la población en la materia constituye uno de los principales objetivos de Sogama. Tanto es así que, de forma paralela al desarrollo de programas educativos que lleva a cabo conjuntamente con la Consellería de Medio ambiente, desde hace 3 años colabora en la campaña itinerante “Separemos ben, reciclaremos mellor”, que ya ha llegado a numerosos concellos gallegos con el fin de informar y formar a los vecinos en las buenas prácticas ambientales, llevando a cabo igualmente actuaciones específicas en centros escolares, asociaciones, colectivos sociales y eventos deportivos. La iniciativa cuenta con el apoyo de Ecoembes, Ecovidrio y los Sistemas Integrados de Gestión de Pilas (Ecopilas, Ecolec y ERP). 

¿Qué es la Huella de Carbono?

La Huella de Carbono es el impacto que tiene la emisión de los GEI (Gases Efecto Invernadero) derivados de la actividad directa o indirecta de una empresa o individuo, durante el ciclo de vida de un producto.

Las emisiones de GEI, pueden ser:

-       Emisiones directas GEI: Aquellas que se dan dentro de la propia organización “in situ” .
-       Emisiones indirectas GEI: Aquellas que se dan a consecuencia de la propia organización pero dentro de las instalaciones de otra.

De esta manera, la Huella de Carbono puede ser de tres tipos:

-       Alcance 1: Emisiones directas provenientes de la combustión de calderas, hornos, vehículos, etc.
-       Alcance 2: Emisiones indirectas asociadas a la electricidad adquirida y consumida por la organización.
-       Alcance 3: Otras emisiones indirectas (Transportes, extracción y producción de materiales que adquiere la organización, utilización de productos o servicios ofrecidos por otros).

El Cálculo de la Huella de Carbono es:



Dato actividad: Grado o nivel de emisiones de GEI derivados del consumo de ciertas sustancias durante la actividad (combustible, electricidad, etc.). Se mide en Kwh.

Factor de emisión: Cantidad de cada GEI (por ejemplo, CO2), por unidad de medición (Kwh). Estos pueden ser varios según el material del que provengan los GEI.

Factor de emisión
Electricidad
0,385
Gas natural
0,2016
Gasóleo
0,2628
Fuel
0,2736
GLP Genérico
0,234
Carbón nacional
0,4032
Carbón de importación
0,3564
Gas butano
0,2383
Papel común
3
Papel reciclado
1,8
Agua
0,788


Por un océano sin plástico

El pasado mes de febrero, se publicaba en la “República” una noticia donde se hablaba de la cantidad de plásticos que lanzamos al mar cada año. Dejando entrever unas cifras alarmantes. Pues la cantidad de plástico que acaba en los océanos, oscila entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas cada año que según la tendencia, podría multiplicarse por diez en la próxima década de no mejorar las prácticas internacionales de gestión de basura.

Por ello, muchas organizaciones, entre ellas, la “Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias”, se han visto en la obligación de poner medidas para reducir la generación de basura y aumentar la cantidad recogida y gestionada correctamente. Pues quitar grandes cantidades de desperdicios de plástico no sería rentable, además de ser imposible.

Por lo que, la única opción que disponemos es la de reducir la cantidad que tiramos, empleando estos desechos en la producción de nuevos materiales.
En 2012, se produjeron 288 millones de toneladas de plásticos, puesto que la cantidad de desechos al mar es mucho menor, sería fácil poder aprovecharla en producciones futuras y de esta forma colaborar en tener un medio mejor.





Así, la mejora en la gestión de basura contribuiría a generar nuevos empleos, mejoraría la salud de los ciudadanos y protegería los océanos.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Cada vez más limpios...

El medio ambiente es un tema que preocupa, y cada vez más, a la sociedad. En España, se producen acerca de 24 millones de toneladas de residuos, de las cuales, la gran mayoría son enterradas en vertederos. Muchas organizaciones ecologistas luchan día a día por evitar esta situación, ya que algunos materiales, como el plástico, tardan muchos años en desaparecer y son muy contaminantes.

En los últimos años, los Estados y organismos internacionales se han dedicado a crear medidas ecológicas acerca de la gestión de residuos, concienciando de esta forma, a la sociedad y a las empresas, que se han visto obligadas a tomar estas medidas para contribuir a la responsabilidad medioambiental. Por este motivo, se ha conseguido introducir el reciclaje en los hogares y empresas como parte del modo de vida, consiguiendo una tendencia al alza en el tratamiento ecológico de basuras en los últimos 20 años.


En base a esta tendencia, el pasado mes de julio, la Comisión Europea realizó la Propuesta de revisar las leyes “96/62/CE sobre envases y residuos de envases” y “1999/31/CE relativa al vertido de residuos” con el objetivo de reducir el enterramiento de residuos casi en su totalidad, previendo un reciclado del 70% de los residuos municipales y un 80% de los residuos de envases en 2030.



La Propuesta, prohibiría enterrar residuos reciclables a partir del año 2025 con el objeto de promover la economía circular (mejor aprovechamiento de los residuos en la producción), creando procesos de logística inversa, donde las materias primas utilizadas en los ciclos de producción, sean materiales provenientes de residuos reciclados.